Manuel Suárez Martín realizó un gran pregón no solo a nuestra Semana Santa sino a aquellos que la forman y a los que ya no están.
Eran casi las 13:30 horas cuando sonaban las primeras notas de Nuestro Padre Jesús, tras las cuales Daniel presentaba a su amigo, con unas palabras que nos hicieron conocer un poco mejor al pregonero, y las cuales nos ayudarían a entender mejor el pregón del mismo.
Manolo comprimió en 50 minutos sus vivencias, experiencias, sentimientos y su fe. De fe empezó a hablar diciendo que sin ella nada tendría sentido.
El pregón fue una imagen fiel de cómo es Manolo, ya que hubo cabida hasta para unas anécdotas de humor, “confesando que un solomillo al roque le hizo pecar”.
Hizo un paseo por todas y cada una de nuestras Hermandades y Grupos de Fieles, dedicando grandes poemas a sus titulares a los que habló a la cara, sin bajar la vista para hablarles de tú a tú. Como habla un cristiano, cofrade, a su padre; como habla un hijo a su madre, con amor y desde el corazón.
Manolo demostró la grandeza de nuestra Semana Santa, y realizó un recorrido por nuestras calles enlazando un paso tras otro, regalando grandes palabras cofrades a nuestras imágenes, para hacerlos pasar, incluso, por campana.
Amor, de eso estuvo impregnado el pregón, de sentimientos cofrades, de agradecimientos a su familia y amigos, de amor incondicional a un Nazareno al que dedicó el final de su pregón como colofón al mismo.
Un joven pregonero que realizó un pregón muy maduro. Felicidades pregonero.
Fotos: Germán Parrilla Gómez
Paradas Cofrade
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