El pasado fin de semana hemos tenido la oportunidad de asistir a las JPJ ( jornadas de pastoral juvenil) que se han celebrado en la aldea de El Rocío con motivo de la celebración de
Hemos sido un grupo de
Paradas, entre jóvenes y adultos , de 20 personas dispuestas a disfrutar
de todo lo que se nos ofrecía en este encuentro organizado por los Obispos
de Andalucía. Han sido unas jornadas inolvidables por todo lo vivido
y por tener la oportunidad de conocer a una Iglesia viva y joven que se
mostraba con gran alegría.
Hemos compartido con
toda la archidiócesis de Sevilla el camino de Almonte a la aldea, cantando
y riendo por un camino difícil de arena hasta llegar de noche y presentarnos
con gran emoción ante la
Virgen del Rocío. Fue impresionante llegar al Rocío cantando
la salve y presentarse en la ermita, cansados pero contentos.
Han sido días de
oración ante el Santísimo, expuesto permanentemente, y en varias ocasiones hemos
ido a compartir la Hora
Santa cada vez que un grupo de Sevilla debía preparar la
vigilia ( SARUS, Seminario…)
Hemos estado en la
casa de la Hermandad
de Pilas conviviendo con otros grupos de Sevilla; no podemos olvidar la
bulla tan graciosa que formaba cada día la Hermandad de la Paz a la hora de la comida o al grupo
del SARUS ( Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla) con sus guitarras antes de la comida.
Unos momentos de gran alegría.
Durante estos días
hemos tenido diversas actividades dentro de la JPJ : misa diaria, catequesis con los obispos, talleres, una feria de
carismas, un rosario y por último la
Vigilia de Oración y la Misa de envío.
Los Obispos han
llevado a cabo cada día unas catequesis por diócesis; nosotros asistimos
a la catequesis de D. Ginés, Obispo de Guadix, y a la de D. Santiago,
Obispo auxiliar de Sevilla.
Fueron unos momentos
de reflexión donde también participábamos dando testimonio personal.
Todo este tiempo ha
servido para conocernos más entre nosotros, conocer a más jóvenes y ver la
realidad de la iglesia en Sevilla, en Andalucía como reflejo de la iglesia
universal. No han faltado los ratos de risa, de broma entre nosotros y una
convivencia sana entre amigos. En definitiva unos días estupendos,
pese a las incomodidades propias de dormir en el suelo con el saco de
dormir, no tener mucha agua caliente y buscar todos los dias una escoba y una
fregona para mantener limpia la habitación.
Sin duda los grandes
momentos de estas jornadas han sido las celebraciones comunitarias que
hemos tenido en estos 4 días: hemos confesado a lo largo de estos días, hemos
rezado un rosario con mas de 6000 personas, y hemos vivido una vigilia de
oración espectacular el sábado por la noche.
En esta vigilia,
celebrada en la plaza de el Real, tuvimos la oportunidad de escuchar el testimonio
de fe de Belén, una chica con cáncer desde enero, y nos emocionó a todos su fortaleza
y su ánimo pese a su enfermedad. Otros testimonios nos sirvieron para ver
lo importante que es el amor, la fe en las personas. Terminamos la vigilia
con las palabras del Papa Francisco desde Río. Nadie se movió de la plaza,
pese al frío y la incomodidad, porque a pesar de todo estábamos encantados
de estar allí.
El domingo, por la
mañana, fue la Misa
de envío celebrada por nuestro Arzobispo D. Juan José donde no se cansó de
decirnos que los jóvenes son los que deben evangelizar ahora y lo contentos
que estaban todos los obispos con los resultados de estas jornadas. La verdad
que todos hemos disfrutado mucho.
Tocaba volver, y el
domingo fue la despedida de todo. Ahora queda esperar a las próximas JMJ que
se celebrarán en Cracovia, Polonia. Ojalá los jóvenes paradeños puedan dar
testimonio allí.
David Ramírez
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