ENTREVISTA PREGONERO SEMANA SANTA 2013 www.elecodeparadas.es
En
el mes de noviembre, el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de
Paradas designa como pregonero de la Semana Santa de Paradas de 2013 a
Joaquín Manuel Lara Pastor, vecino de nuestra localidad, nacido en la
primavera de 1972.
Casado
con Lola y padre de Cristina y de Joaquín Manuel, de 10 y 6 años
respectivamente. Actualmente es Hermano Mayor de la Real Hermandad del
Santo Entierro, cargo que ostenta desde noviembre de 2011.
Sus
padres, siendo un niño, le inculcaron el amor y el respecto por la vida
cristiana y parroquial de Paradas. Prueba de ello es que es hermano de
la Hermandad del Cautivo y de la Hermandad del Santo Entierro y
pertenece a los grupos de formación de la Vera Cruz y de la Virgen de
los Remedios.
Una
de sus mayores ilusiones ha sido y es, la Semana Santa. Cuando era
adolescente, disfrutaba de las cofradías sevillanas desde el Domingo de
Ramos y de las cofradías de nuestra localidad, viviendo con intensidad
cada momento cofrade.
De
pequeño, nos recuerda su hermana Ana María que, le colocaba una caja de
naranjas en la cabeza y jugando, imaginaba ser costalero y capataz. Con
tan sólo 12 años y vestido de nazareno, comienza a ser contraguía en la
Hermandad del Santo Entierro.
Es
curioso que en 1990, realiza la salida del paso del Santo Entierro como
contraguía y al llegar a la calle Aviador Franco, conocida popularmente
como calle de las Lunas, toma el relevo como costalero a Joaquín Javier
Casau, dejando de ser contraguía a partir de este momento, para entrar a
formar parte de la cuadrilla de esta hermandad.
¿Qué sentiste cuando te comunicaron que eras el pregonero de la Semana Santa?
Lo
primero mucho nerviosismo, después me encontré entre la alegría, el
temor y el respeto por desarrollar un pregón de cara a mi pueblo.
Orgulloso de que me nombraran pregonero porque conlleva una enorme responsabilidad.
¿En quién pensaste primero?
Recibí
la noticia del Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías. Luego
vinieron las felicitaciones por parte de todos los miembros del Consejo
y de D. Francisco, nuestro párroco.
Después pues pensé en la familia. A la primera que me faltó tiempo para mandarle un mensaje fue a mi hermana.
¿Soñaste alguna vez con este nombramiento?
Cuando
tenemos cualquier reunión y hablando unos con otros me decían que yo
algún día seria pregonero. Siempre he pensado que no me importaría ser
pregonero, pero nunca me iba a presentar parar ello. Si alguna vez se
acordaban de mí, pues lo aceptaría. También depende del momento en que
te encuentres, te puede llegar y quizás no es el mejor momento para
desarrollar las ideas, los pensamientos y las vivencias que tienes.
Ahora mismo no ha llegado en un buenísimo momento pero tampoco malo.
¿Te supone algún problema que tu pregón sea en el 2013?
Soy
un poquito supersticioso, un poquito bastante. Pero si lo miramos desde
otro punto de vista, como buen cristiano no deberia serlo, pero tengo
confianza en Dios, y con eso basta. La verdad que soy supersticioso.
Esperemos que ese día no se cruce ningún gato negro por delante.
¿De dónde nacen tus raíces cofrades?
Creo que nací con eso, desde incluso tiempos en los que yo no recuerdo ya iba vestido de nazareno.
El primer año que salí, iba en el vientre de mi madre,
nací en junio y esa Semana Santa iba mi madre alumbrando. También me
cuentan, porque no lo recuerdo, que iba en el carrito. Después, cuando
era un poquito más grande recuerdo ir con mi padre y algunos de mis
tíos, hermanos todos del Cautivo.
A
mí siempre me atrajo la Semana Santa, las cofradías y todo lo que es el
trabajo, lo que hay detrás, que no se ve, porque la gente ve lo bonito.
Quizás cuando pruebas lo que hay detrás no gusta, sin embargo a mí
siempre me ha atraído el trabajo que conlleva estar en una Hermandad.
¿Qué destacarías de tu vida cofrade?
De
mí no me gusta destacar nada. Yo soy hermano de una Hermandad, como
cualquiera, un cofrade más, como cualquiera, ni más ni menos.
Simplemente
hago las cosas porque me apetece hacerlas, porque disfruto haciéndolas,
porque disfruto trabajando para las Hermandades y no creo que haya nada
que destacar. Cuando uno hace algo por voluntad y sin esperar nada a
cambio -porque aquí lo último que hay que esperar es algo a cambio- pues
las cosas van llegando. Nunca me propuse ser Hermano Mayor de la
Hermandad, ni estar en una Junta de Gobierno, nunca me he propuesto ser
pregonero, pero las cosas han ido llegando y sin buscarlas, pero la
implicación con la Hermandad me ha llevado a esto.
¿El mejor y el peor momento de una Semana Santa?
El
peor momento, el año pasado por muchos motivos (El entrevistado se
emociona). El primero el Jueves Santo que me trae muchos recuerdos desde
la niñez y segundo, que el paso que más marcado me ha dejado es el
Santo Entierro. Es un paso en el que se sufre mucho, pero te da muchas
satisfacciones y yo quería despedirme en él. Anteriormente no podía ser
costalero ya que era Diputado Mayor de Gobierno, que es el que organiza
la cofradía en la calle. Pensé que en la siguiente Junta de Gobierno
tendría otro cargo y estaría 4 años de costalero y ya lo dejaría.
Entonces al ocupar este cargo, quise despedirme el pasado 2012 aunque
fuera Hermano Mayor y no pudiera ocupar la presidencia, pedí permiso a
mi Junta de Gobierno y lo vieron bien.
Pero
lo pasé muy mal porque no fue un año bueno por la lluvia; porque ir
debajo de un paso con la tensión con la que se va, con el sufrimiento
que se lleva algunas veces y tener que estar pendiente de toda una
cofradía… Y aunque se solucionaron muchísimos problemas sin tener que
contar conmigo, la responsabilidad de tener niños en la calle, enseres,
paso, de que en un momento dado te sorprenda el agua y que nadie sufra
un percance, un niño se extravíe, un costalero se resbale, son muchas
cosas que uno piensa y el sufrimiento del año pasado fue mayor que el de
otros años.
He
tenido muchos buenos momentos: el primer año de costalero en el
Cautivo, muchas ilusiones desde niño, la Virgen del Mayor Dolor, ver a
mis hijos seguir mis pasos en las Hermandades. Han sido muchos momentos y
muy bonitos, cada uno ha llegado en el momento que tenía que llegar y
cada año ha sido un año especial.
Un
año porque mi hija ya salía de Nazarena, otro año salía mi hijo, ahora
ves que ellos se implican con su Hermandad, quieren colaborar, quieren
ayudar en su Hermandad. Se vive todos los años una ilusión nueva.
¿Qué recuerdas de tu juventud en la Hermandad?
Yo
recuerdo con mucho cariño a los miembros de la Junta de Gobierno de
antes. Recuerdo a Manolo Martín, Manolo Carrión, Andrés Morell, José
Manuel Cansino;
gente que trabajaba y luchaba muchísimo por sacar esto adelante y que
hacían que los niños y niñas que nos acercábamos a la Hermandad nos
implicáramos en ella. Me hicieron sentir cómodo en la Hermandad, de ahí
que me vi cercano a ella y con ganas de participar y colaborar con ella. La verdad es que tengo mucho que agradecerles a todos ellos.
¿Cómo y cuando entras a formar parte de esta gran familia que es la Real Hermandad del Santo Entierro y cuantos “escalones” has tenido que subir para llegar a ser Hermano Mayor?
Yo ingresé en la Hermandad del Santo
Entierro después de la Semana Santa de 1976, como antigüedad me cuenta
desde el 1977, que es cuando yo hice mi primera estación de penitencia.
La Hermandad se reorganiza en el año 76, que sale con 7 nazarenos a la
calle y al año siguiente, ya habían unos 100 hermanos y hermanas, entre ellos habían 6 niños entre 4 y 6 años. Uno de esos niños era yo, que tenía 4 años.
Y
pasos, pues la verdad que no los he ido contando porque nunca he hecho
las cosas por interés, ni por querer ser. Yo he venido a colaborar y a
ayudar a mi Hermandad o a mis Hermandades, porque también he colaborado
cuando ha sido necesario con la del Cautivo, y con
la del Nazareno, cuando he estado en el Consejo de Hermandades, nunca
he mirado los colores ni de una ni de otra, siempre me he calificado
como una persona cofrade que para nada soy fanático, de decir, esta es
la mía. Yo soy cofrade, me gusta la Semana Santa de mi pueblo, tengo mis
preferencias porque tengo mis devociones, pero después no miro color ninguno.
¿Quién o quienes te han aportado y enseñado más en estos años en la Hermandad?
Se
aprende de todo el mundo, de la Junta de Gobierno que, desde que se
reorganizó la Hermandad está al pie del cañón. Aprendo muchísimo día a
día con mis compañeros, con los hermanos y hermanas. También se aprende y
se contagia la ilusión de nuestro Grupo Joven, los niños y niñas cuando
llegan aquí queriendo participar. Siempre hay alguien que te enseña
algo, por corta que sea su edad.
Hay
que estar abierto y saber escuchar a todo el mundo, porque de todos
puedes aprender. Nunca se deja de aprender, no puedo decir que como soy
Hermano Mayor no puedo aprender más. Eso no es así, el Hermano Mayor
tiene que ponerse detrás y mirar lo que hacen los demás porque de todos
se puede coger algo.
¿Cuáles son los proyectos de la Junta de Gobierno a corto plazo y largo plazo?
En
esta Junta de Gobierno, cuando tomamos las riendas hace algo más de un
año, nos propusimos trabajar para que nuestra Hermandad fuera, si cabe,
más cercana a todos y cada uno de nuestros hermanos y hermanas, abrirnos
un poquito más y no creer que esto es un coto privado, una Hermandad es
de todo el mundo y lo mismo que tenemos nuestros derechos, tenemos
nuestras obligaciones como hermanos y hermanas. Hay que abrirse y
contagiar eso a los demás, que los hermanos y hermanas se acerquen, que
la Hermandad no es una Junta de Gobierno, todos son necesarios. A corto y
largo plazo ese es uno de los principales proyectos.
También
mantener el patrimonio que tenemos. Seguir inculcándoles a los jóvenes
de la Hermandad que se acerquen y que entiendan que ellos son el
presente y el futuro de nuestra Hermandad. No trabajamos para colgarnos
medallas, trabajamos para que nuestros hijos e hijas hereden nuestro
trabajo por la Hermandad.
Otro
de nuestros principales proyectos, es afianzar la Hermandad. Ésta se
reorganizó, ha ido creciendo tanto en número de hermanos y hermanas,
como en patrimonio. La Hermandad no tenía nada. Por ello, ahora es el
momento de afianzarla de cara al conocimiento de todos sus hermanos y
hermanas.
Una vez que finalice tu mandado ¿Cómo te gustaría que te recordaran?
No
pienso en como quiero que me recuerden, solo pienso que lo que se haga,
se haga por el bien de la Hermandad, de la Iglesia y de nuestro pueblo
en general. No tengo ningún interés en que me recuerden por algo en
especial, sólo por el trabajo en la Hermandad. Somos un grupo trabajando
por ella y aunque sea el Hermano Mayor, el mérito es de todo ese grupo.
Las personas pasamos pero la Hermandad se queda, y eso es lo importante.
Ante todo somos un grupo de amigos, tanto los más veteranos de la Hermandad como los jóvenes. Lo principal es la buena relación que existe y el interés general de trabajar por ella.
¿Cómo ves la situación actual de la Hermandad?
Ahora
mismo la veo en una situación buena, quizás sea difícil hacer más
proyectos sobre todo por el tema económico. La situación económica de
nuestros hermanos y hermanas nos lleva a aplazar cobros o incluso
fraccionarlos ya que nos preocupa mucho su situación porque hay muchas
personas que no pueden pagar pero que quieren seguir en la Hermandad.
Por ello, se les respeta y se les ayuda. La Hermandad se resiente cuando
sus hermanos y hermanas se resienten económicamente. Sabemos que la
bonanza económica ha bajado muchísimo y somos conscientes de que al
hermano y la hermana no se les puede exigir, por ello estamos
“inventándonos cosillas” para poder recaudar dinero y no tener que
pedírselo.
En
cuanto a lo demás, seguimos creciendo poco a poco, también la veo
crecer por la gran ilusión que muestra esta Junta de Gobierno por
trabajar y la creatividad que tiene en los actos que realiza.
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